jueves, 9 de enero de 2014

CURSO BASICO DE CIUDADANIA - CAP. I: Persona y Ciudadano [Pablo Cuéllar]

PAULO CUÉLLAR (Monitor Político 2014-01-07)
El plato del día. 

A través de Monitor Político, impartiremos un curso básico de ciudadanía en 5 sesiones. 


En este es primer capítulo, hay que subrayar que así como no es lo mismo persona a discípulo, tampoco lo es persona a ciudadano. Los discípulos, creen ciegamente en la palabra de Dios para encontrar salvación. La biblia es la brújula de su caminar. Por su parte, los ciudadanos ponen su mirada y su corazón en el bien común. La vida pública debe ser la fuente de inspiración para el debate de las ideas políticas. Poner la inteligencia humana al servicio del espacio público, representa la energía social más potente e indestructible que se haya creado en la humanidad. 

Cuando las fuerzas y capacidades de los ciudadanos se unen para desmontar límites, obstáculos y problemas que tiene la sociedad para crecer y desarrollarse en su máxima expresión, entonces se gesta el fenómeno de ciudanización. Pero para que esto ocurra hay que iniciar con el ABC. 

El primer paso, es ilustrar el espíritu vecinal. Tenemos que sacrificar el confort que nos brinda la individualidad. Salir del cuarto de T.V. y provocar una conversación con mi vecino de al lado o de enfrente. Principalmente discutir temas de la colonia, etc. Lo conveniente es que estos encuentros repentinos se vayan haciendo habituales y que se estén sumando al dialogo a más vecinos hasta producir una catarsis sociopolítica. 

Posterior al desprendimiento del confort, hay que producir confianza. Hay que provocar reuniones sociales como carnes asadas, cenas de matrimonios, fiestas infantiles, dominó, juego de loterías para las señoras, entre otras actividades que estimulen y desarrollen el músculo comunitario. Está comprobado que utilizar el espacio público como jardín para la acción vecinal, carbura mejor la voluntad humana para una tendencia asociativa y necesidad de pertenencia grupal.

Estos eventos sociales tiene la misión de romper la dinámica de rutinización de las personas y familias. En este capítulo, es fundamental evitar la conformación aislada del club de tobi y del club de lulú. Hay que procurar que tanto en la catarsis, como en la pulición de confianza, los grupos sean mixtos o matrimoniales. Los más de 15 años de experiencia en la tutoría de trabajadores sociales académicos en el ámbito comunitario, me indican que cuando las mujeres de un determinado barrio se congregan al margen de los hombres y/o sus parejas, llegan a engendrar corrientes de pensamiento sesgadas o ideas no propiamente con espíritu vecindario. 

Lo conveniente es que estos espacios para la convivencia gradualmente vayan institucionalizándose y preferentemente por sector, cuadra o zona, de modo que se lleguen a crear diversos grupos y posteriormente, a mediano plazo, instituir asambleas o convivencias entre todos los sectores. 


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