Medina intenta salvar su pellejo.
Con más enemigos que nunca en el PRI, el gobernador trata desesperadamente de congraciarse con la IP entregándoles la dirección del Instituto de Control Vehicular y a Luis Eugenio Todd.
Ante la inminente posibilidad de que Enrique Peña Nieto aplique la fórmula priista con el gobernador de Nuevo León y pida su cabeza por la derrota tricolor en el estado, Rodrigo Medina está buscando congraciarse con la Iniciativa Privada.
Luego de que para muchos tricolores Medina quedó como un traidor, o un incapaz para operar a favor del virtual ganador de la elección presidencial del 1 de julio, el gobernador intenta cumplir con el pacto que acordó con los llamados organismos intermedios. Y es que las fuerzas políticas del PRI están en reacomodo y el mandatario nuevoleonés tiene ahora más enemigos que nunca dentro de su partido.
Quizás por esto, el lunes por la noche arribó a Monterrey el senador electo Emilio Gamboa Patrón para reunirse con empresarios regios del Grupo de los 10. Y la rapidez de su visita y la incógnita del mensaje que traía bajo el brazo, imprimieron todavía más nerviosismo a la situación del gobernador.
Por ello el mandatario está tratando de sacrificar lo que tenga que empeñar, con tal de lograr llevar votos de fe para sí mismo y para su equipo. Intenta cumplir con el pacto que acordó dos semanas antes de las elecciones del 1 de julio. Y es que Medina se reunió con representantes de organismos intermedios de la Iniciativa Privada y éstos le dieron un ultimátum.
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