sábado, 19 de noviembre de 2011

Sobre la construcción del estadio de los Rayados

FEDERICO ZERTUCHE

Desde hace varios años se ventiló primero la idea, luego una propuesta y más tarde el proyecto concreto para construir el estadio de los Rayados en las inmediaciones del Parque de la Pastora. Al efecto se pronunciaron públicamente multitud de voces individuales, colectivas, sociales, ecológicas, políticas, académicas, de urbanistas, vecinales, etc., etc. Se presentaron estudios y propuestas en uno u otro sentido, se abrieron foros públicos y privados para tratar el asunto a fondo, de manera multidisciplinaria, diversa y plural. Cuando las autoridades involucradas entraron a considerar la propuesta y el proyecto, hicieron lo propio y abrieron márgenes de consulta, múltiples estudios, negociación y demás otorgando amplios plazos para que se ventilara y dirimiera lo que hubiese lugar. Como es lógico y legal hay plazos, tiempos. Los asuntos públicos no se pueden discutir indefinida y eternamente, pues ello equivaldría a no hacer nada nunca. En lo que a mí respecta como ciudadano interesado, he leído con interés muchas propuestas en pro y en contra de su construcción y debo decir que me han convencido los proyectos presentados por quienes van a construir el estadio comprometiéndose no solamente a respetar el actual parque sino a mejorarlo y rehabilitarlo sustancialmente, pues es un hecho que está abandonado y en muy malas condiciones.

Desde hace más de cuarenta años que conozco de vista a Felipe Díaz Garza (quien se opone a su construcción en La Pastora), por lo que puedo deducir sin temor a equivocarme que por sus voluminosos y adiposos contornos es evidente que no solamente no practica ningún deporte, sino que olímpicamente desprecia el fútbol (un deporte que me agrada mucho, como a la mayoría de mexicanos y regiomontanos), y a quienes lo juegan, a los que se refiere en estos términos: “los que patean pelotas (porque solo para eso les da la inteligencia)”, pues ya vemos por qué le desagrada tanto el proyecto. Hay muchísimos deportistas y aficionados al fútbol que son no sólo muy inteligentes y cultos, sino además atletas y magníficas personas. Para sostener sus alegres dichos Díaz Garza argumenta así: “El Parque La Pastora será destruido, igual que toda la zona circundante, ya lo veremos”. Es todo lo que aporta, un ya veremos. Aunque los diputados locales, como los demás, gozan de mala prensa y fama pública, debo reconocer que en el caso que nos ocupa por supuesto que ellos cumplieron con los términos y plazos para decidir sobre el proyecto del estadio, y por su parte los detractores también gozaron de los mismos plazos y términos para oponerse y presentar sus argumentos y quejas. Como es ampliamente conocido, luego de todo ello, se aprobó el proyecto conforme a la ley e institucionalmente. Claro que hay quienes quedan inconformes, eso siempre ocurre cuando existen conflictos de interés entre varias partes.

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El perico polico dice:
SEPA, MI ESTIMADO LECTOR QUE todos los medios de comunicación de Monterrey, incluyendo éste, recibieron un amable exhorto de las autoridades y los dueños de Femsa, para que le bajaran al asuntito ese del desplegado que decenas de políticos y funcionarios de todos los partidos, firmaron contra la construcción del estadio de futbol en La Pastora. El mensaje traducido se resume en que el asunto es un caso juzgado, es un piquete que va derecho, chillen llantas o topen chivos, el estadio se va a construir en ese lugar, haiga sido como haiga sido. Al paralelo, come lonches de cuello blanco empezaron a mandar misivas a todos los medios defendiendo la postura de los gobiernos de Medina y de Ivonne y del Diablo Fernández y atacando a sus detractores...

EL ARGUMENTO PRINCIPAL DE los defensores de la Cervecera es que el estadio estaría en terrenos aledaños al Parque, que se quitaron unos méndigos arbustos y uno que otro árbol ñango y maltrecho, que con el estadio se convertiría La Pastora en un oasis, mientras que ahora es un muladar lleno de basura y descuidado y en fin, que todo sería miel sobre hojuelas...

LOS QUE SE OPONEN DICEN QUE no están en contra del estadio, al contrario, que se construya uno realmente digno de los regiomontanos, pero que la cervecera lo haga en sus propios terrenos y no en un parque público que, digan lo que digan, le quitará 19 hectáreas de área verde y pulmón a la ciudad. Que no son arbustos y matorrales ñangos e inservibles los que salvajemente destrozaron los de Femsa. Son elementos árboreos propios de la región. Había encinos de varias especies, del Bosque de Quercus. Vegetación de galería destruidos que integraban matorral submontano, vegetación de ribera y bosque de encino, que solo serán cubiertos parcialmente...

LO QUE CALIENTA ES QUE DIGAN que el parque La Pastora estaba descuidado, cuando ese descuido se debe precisamente a Femsa y su directivo Toño El Diablo Fernández, pues a ellos se les encargó hace años que cuidaran y rescataran el parque, pero lo dejaron morir, algunos piensan que a propósito, precisamente para justificar la construcción del estadio. Urbanizar no es rescatar. Los espacios naturales no se urbanizan, más bien se rescatan y restauran ambientalmente. Los de Femsa son unos asesinos de la vegetación de la zona del estadio que estaba en plena recuperación. FEMSA canceló décadas de sucesión natural positiva, desapareció la flora de la zona, y está en proceso de sustituirlo por un estadio. Con tales acciones no se puede hablar de un rescate de La Pastora. Desmontan 18  hectáreas y solo reponen 13. ¿Sembrar menos de lo que desmontan es parte de su diseño benéfico para el bosque?...

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