MP 12Nov/2011
EL NORTE
EL NORTE
Otro error, otro luto. Como hace tres años, cuando murió Mouriño, falla de piloto provoca caída de helicóptero en el que viajaba Francisco Blake, titular de Segob; mueren 8.
Crece empleo, pero informal. Viven de estas actividades 13.4 millones de mexicanos, de acuerdo con el Inegi.
LA JORNADA
La nave, con la que se perdió contacto a las 8:55, no contaba con caja negra. Las autoridades resaltan las condiciones de nubosidad en que se realizó el vuelo. El Presidente pide expertos de lo mejor para pesquisas; participarán EU y Francia.
HUGO L. DEL RÍO
El Presidente Felipe Calderón iba a volar en el helicóptero que llevó al secretario de Gobernación a la muerte. La aeronave, un Super Puma, transportaba a José Francisco Blake y otras siete personas del DF a una localidad cerca de Cuernavaca. Un vuelo muy corto. El vehículo aéreo regresaría a Los Pinos, donde FC lo abordaría para desplazarse al hangar presidencial: tenía programada una reunión de trabajo con su colega norteamericano Barak Obama. ¿Un golpe de timón del destino? Un tüitero identificado como @Morf0 escribió ayer, catorce horas antes del desplome de la máquina voladora:”Mañana a las 11/11 les caerá un secretario del cielo…evite reforma”. Alguien le contestó, también en el tüit: “Después de su predicción, lo único que puedo decirle es: Run @Morf0ruuuuun”. Y el propio titular de Gobernación redactó también ayer en tüit un breve texto en homenaje a su antecesor, Juan Camilo Mouriño, muerto un cuatro de noviembre, hace tres años, también en un percance aéreo: “Hoy recordamos a Juan Camilo a tres años de su partida, un ser humano que trabajó en la construcción de un México mejor”. La tragedia se produce en un momento particularmente difícil: mañana son las elecciones en las que María Luisa Calderón, Cocoa, compite por la gubernatura de Michoacán. Los sicarios de diversos cárteles han estado asesinando a diestra y siniestra sin que, al parecer, los puedan neutralizar los miles de troperos y policías federales, destacamentados precisamente en la entidad donde nació el Presidente Calderón. Pero Michoacán no tiene el monopolio de la violencia: aquí en Nuevo León algo sabemos de eso. Y Blake, en tanto titular de la SeGob, jugaba, después del mandatario, el papel más importante en la represión –fallida, según admiten todos, menos FC y sus epígonos— del narcotráfico. Siglos de mentiras, desde los emperadores indios y los conquistadores españoles hasta los poderosos del tercer milenio, nos han convertido en personas desconfiadas, proclives al sospechosismo y a caer en la teoría de las conspiraciones. Y finalmente, ¿cómo no pensar mal si en tres años dos secretarios de Gobernación mueren en eventos que el gobierno se apresura a calificar de accidentes antes de que se enfríen las cenizas de los metales retorcidos y chamuscados?
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