BOLETIN CADHAC
11 de diciembre de 2011.
Boletín No. 038
A 63 años de que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos (10 de diciembre de1948), el estado que guardan los derechos de las personas en nuestro país, y, particularmente en el Estado de Nuevo León, es realmente preocupante. La realidad nos muestra que los derechos humanos se encuentran en franco retroceso.
Actualmente presenciamos una violencia creciente y desmedida en Nuevo León. Nuestra entidad ocupa el segundo lugar en asesinatos en el país. Según datos recientes, cada tres horas se ejecuta a una persona. Militarización, torturas, ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, desapariciones de personas y endurecimiento legislativo, es la realidad diaria en la entidad, favorecida por una grave impunidad y la corrupción.
En lo que respecta a las desapariciones, tan solo en CADHAC tenemos registrados 114 casos correspondientes al presente año, los cuales implican un número aproximado de 800 personas desaparecidas. Es importante resaltar que en el 35% de estos casos la desaparición ha sido claramente perpetuada por elementos gubernamentales, ya sea marina, militares o policías. Es decir, las autoridades encargadas de proteger a la población y de garantizar los derechos de todas las personas están ejerciendo y/o favoreciendo el aumento en la violencia.
También hemos registrado casos de ejecuciones y tortura. Ejecuciones perpetradas por miembros del Ejército y la Marina, que no han sido sancionadas, ni se ha reparado el daño a las víctimas. Asimismo, es muy grave la situación en las cárceles de la entidad, donde en lo que va de 2011, se ha sabido de más de 60 supuestos suicidios, mostrándonos que el sistema penitenciario está rebasado y no sólo es ineficaz, sino que es un ambiente en el que la vida de las personas privadas de la libertad, está permanentemente en riesgo.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos es un instrumento que representa la visión internacionalmente consensada de un mundo distinto, en que todas las personas tenemos el mismo valor y la misma dignidad. Sin embargo, ese altísimo compromiso ético es ignorado y pisoteado una y otra vez. El reconocimiento de los derechos, que a lo largo de la historia ha resultado en una serie de normas internacionales, se encuentra en un momento de pavorosa fragilidad. Las violaciones a derechos humanos cometidas en nuestra comunidad hacen que la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos se vea manchada de sangre, por lo que la exigencia de justicia y paz sigue siendo clara y enérgicamente enunciada. Requerimos y demandamos urgentemente que los derechos humanos sean una realidad cotidiana para todas las personas. La Declaración Universal ha expresado los derechos fundamentales de la humanidad… a nosotros nos toca hacerlos realidad.
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