Estamos sintiendo la emoción de fuertes vientos de renovación y acercamiento al mensaje original de Cristo. Vientos que vienen desde de una parte, tal vez pequeña, de la Iglesia Católica de nuestro país.
Constato y celebro que el espíritu libertario y de opción por los pobres que Jesucristo predicó esté soplando desde la autoridad formal de la Arquidiócesis de Monterrey, a pocos días de la llegada del papa Francisco a México, el pontífice autor de la encíclica Laudato Si.
A mi entender, existen al menos dos iglesias dentro de lo que llamamos Iglesia Católica.
Una iglesia jerárquica a la que demasiadas veces hemos visto del lado de los poderosos, de los príncipes y reyes; de los dictadores; de los opresores del pueblo; de los explotadores de mano de obra barata; de los que sangran a la madre tierra para extraer minerales, contaminando a pueblos enteros y sembrando de luto a los hogares al abandonar a su suerte a mineros y trabajadores que con sus manos realizan la extracción de tesoros.
Una iglesia que se mantiene callada ante la acumulación de riqueza del uno por ciento de la población, mientras que millones mueren a diario de hambre; o miles de millones sobreviven en condiciones que niegan la mínima dignidad humana.
Una iglesia diplomática que bendecía a los Mussolini y los Pinochet; que casaba a los Fox y callaba las atrocidades de Medio Oriente; que cobijaba a sus sacerdotes pederastas y protegía a sus obispos encubridores mientras ponía la furia de su mirada condenatoria sobre las religiones equivocadas, los homosexuales, divorciados, o sobre las mujeres que abortan.
Esa iglesia aún vive. Pero existe otra, y es la que se manifiesta aquí y ahora en Nuevo León con respecto al proyecto Monterrey VI, en la voz del padre José Manuel Guerrero Noyola "Chema"; del padre Luis Eduardo Villarreal y del propio obispo auxiliar, Monseñor Alfonso Miranda.
Es la iglesia que convive en las mismas condiciones de los más humildes, está con ellos en sus luchas cotidianas, les ayuda a organizarse para pelar por sus derechos. Esa iglesia representada por los jesuitas expulsados en los años setentas de Monterrey.
Esa iglesia es la que abraza la causa de las grandes mayorías sacrificadas en esta vorágine del neoliberalismo que con sus reformas ya se apoderó de todo cuanto encuentra a su paso, en beneficio del gran capital que cada día extiende más sus tentáculos.
Si prácticamente ya perdimos Pemex, las pensiones de los trabajadores, los derechos laborales, los bosques, el derecho a la libre siembra de semillas hasta del maíz, así como nuestra soberanía sobre los recursos del subsuelo terrestre y marítimo, entregados al saqueo por parte del mejor postor, ¿qué más podemos privatizar?
Aunque lo intenta, el gran capital puede contaminar el aire pero aún no encuentra cómo privatizarlo, a pesar de que las mentes más brillantes y mejor educadas son alquiladas a sueldo para idear la forma de lograrlo.
Con la ley Korenfeld ya está cocinándose un acuerdo para privatizar el agua, y por lo pronto, trasvasarla de una cuenca a otra con dinero público y deuda que el pueblo habrá de pagar; para que los grupos Higa y Allende puedan, con sus enormes ganancias, repartir a sus respectivos contactos políticos, los premios por sus buenas gestiones.
La iglesia comprometida con la causa de los explotados sabe perfectamente bien cuánto padece nuestra gente. El padre Chema ha visto a sus feligreses con sed, enfermar y hasta morir por la contaminación del río San Juan, mientras que la refinería de Cadereyta ignora su responsabilidad en el derrame de hidrocarburos ocurrido hace más de un año.
Hoy la iglesia se pronuncia por un diálogo verdaderamente incluyente sobre Monterrey VI. Hoy el padre Chema invitada al gobierno del estado a sentar a la mesa de análisis a todos los grupos ecologistas y de especialistas para ser escuchados, no sólo en el Face, sino face to face.
Hoy, esa otra iglesia a la que sí le importan los más vulnerables, reconoce la importancia del Derecho Humano al Agua. Es la iglesia inspirada en la encíclica Laudato Si; la misma que al igual que el papa, reconoce el apetito voraz, disfrazado de progreso, de los acumuladores.
Al leer esta "buena nueva" en los medios ayer, veo en Monterrey a una iglesia comprometida, que se atreve a invitar al gobierno a un mayor diálogo, porque esa iglesia auténticamente quiere saber si el proyecto de Monterrey VI es necesario y en beneficio de toda la población de Nuevo León; o bien, es sólo otro proyecto destructor del medio ambiente en beneficio de menos del uno por ciento de la población, pero que generará una enorme deuda, esa sí, absolutamente socializada.
Alegrémonos por esta buena nueva, pero también participemos y asistamos a la reunión en la que este martes 9 de febrero, esa iglesia que camina bajo la luz de Laudato Si, dialogará face to face con la sociedad civil, sobre un proyecto que debe importarnos a todos. (Invitación aquí: )
Dejo aquí la nota periodística que El Norte publicó ayer en su portal de internet, sobre este anuncio de la Arquidiócesis.
Cristina Sada Salinas
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Llama Iglesia a debatir Mty VI
Daniel Reyes
Monterrey, México (05 febrero 2016).- Al reafirmar su rechazo al proyecto Monterrey VI, la Arquidiócesis de Monterrey convocó a la comunidad científica a definir un plan alterno para garantizar el abasto de agua sin tener que traerla del Río Pánuco.
En conferencia de prensa, la Comisión de Ambiente de la Iglesia reiteró su inquietud porque no se ha descartado la opción de construir el acueducto para traer agua que, de acuerdo a varios especialistas, está contaminada.
Monseñor Alfonso Miranda, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis, informó que el próximo martes organizarán un foro de discusión con ambientalistas para generar una propuesta alterna y presentarla al Gobernador Jaime Rodríguez.
Indicó también que pedirán un lugar en las mesas de trabajo que evalúan el proyecto Monterrey VI, actualmente detenido por el alto costo que implicaría al Estado.
"Esto no es político, es de humanidad", expuso Tapia, al señalar que ya en este momento a cientos de familias que padecen enfermedades por la mala calidad del agua.
"Yo estoy un poquito alarmado, alarmado por no hacer nada", añadió, "queremos alzar la voz, no queremos pelearnos con nadie, queremos pensar, proponer cosas que vayan por el bien de la sociedad y tomar en cuenta el parecer de los que saben".
El foro se realizará el próximo martes, de las 18:00 a las 20:00 horas, en la Parroquia San José Obrero, en la Colonia Cuauhtémoc, en San Nicolás.
El padre Luis Eduardo Villarreal dijo que un eslogan de campaña del actual Gobernador aludía a escuchar y hacer lo que la sociedad pide, y consideró que ahora debe haber coherencia al respecto.
José Manuel Guerrero, el Padre Chema de San Juan Cadereyta, añadió que buscan tener un acercamiento directo con el Gobierno para discutir este tema, pues consideró que se ha manejado en círculos muy cerrados.
"Necesitamos conversaciones 'face to face', no nada más por el Face", expuso.
Hora de publicación: 13:23 hrs.
Nota tomada de:
ligaFoto de Armando Cavazos, del departamento de comunicación de la Arquidiócesis de Monterrey.